El otro día curioseando por la Red, me encuentro con esta vulgar manera de despedir a un empleado, cuando menos la calificaría de deshonrosa y carente de honorabilidad, así como vergonzante.
Estimado empresario, despedir a un empleado no tiene ninguna gracia y menos la forma con que usted ha tenido el cuajo de hacerlo, contratando a una … como se llame para que le quite hierro al asunto delante de las mismísimas narices del despedido.
Y a la propia Eva Hache le diría que si le van mal las cosas, que tenga para el futuro la vergüenza necesaria para no prestarse a este tipo de desagravios, porque la verdad, muy mal le deben ir los humores a la doña Hache como para aceptar este sucio trabajito.
Imagino la cara que pondría esta señora si el despedido fuera un familiar suyo, en definitiva alguien cercano.
Despedir a empleados en la actualidad con la que cae es el pan nuestro de todos los días y tiene sus más y sus menos, porque alguna razón empresarial tuvo que haber en este caso, pero que se contrate a una humorista para despedirlo es lo que merece la total desaprobación, pero más desaprobación es que la tal humorista se preste a este tipo de desaguisados.