Esta investigación sobre el ministro José Blanco, Pepiño para los amigos, va viento en popa, pero no para el mismísimo Pepiño, sino para los otros.
Como Pepiño goza de su inestimable fuero por ser ministro el tema no le pasa ni rozando por mucho que queramos el resto de los mortales en que así sea, es decir, que se cumpla la máxima constitucional donde dice que todos los españoles somos iguales ante la ley. Curiosamente la ley dice “todos”, aunque yo creo que en este saco nunca meten (porque no caben según parece) a jueces, políticos y demás elementos de escasa moral.
Pero hablando de este jeta llamado José Blanco, a la sazón especialista en tramas ilegales por lo que parece, no le basta con todo el salario que percibe ni los viajes pagados en primera, teléfonos de alta gama, y demás privilegios que le damos los españoles, a pesar de todo esto, a este elemento inmoral le parece poco y quiere convertirse en el campeón de la trama ilegal.
Estaremos atentos a lo que va pasando pero mucho me temo que nunca vamos a ver a Pepiño sentado delante del juez, nunca, fíjense en lo que digo pero y ¿por que?, parafraseando a Mouriño. Esto tiene fácil respuesta, pues porque en esta bendita España estas cositas pasan desapercibidas mientras seas aforado y como ejemplo para terminar el post pongo a su correligionario Casimiro Curbelo, otro jeta inmoral también aforado quién campa a sus anchas libremente como si nunca hubiera pasado nada.